• El Parte Tecnológico
  • Posts
  • Asistentes virtuales con derecho a roce, ¿Podríamos llegar a enamorarnos de una inteligencia artificial?

Asistentes virtuales con derecho a roce, ¿Podríamos llegar a enamorarnos de una inteligencia artificial?

Los asistentes virtuales, como Google, Siri y Alexa, suenan cada vez más humanos y podrían influir en nuestras emociones y relaciones interpersonales.

Bienvenidos a nuestro segundo boletín semanal para los que quieren estar al día con la tecnología pero sin que se les haga bola.

Los asistentes virtuales como Siri, Alexa o el de Google son ya parte de nuestras vidas cotidianas. Nos ayudan a reproducir música o a decidir si necesitamos un paraguas, y responden pacientemente a todas nuestras preguntas. Sin embargo, con el rápido avance de la inteligencia artificial (IA), estos asistentes suenan cada vez más humanos, incluso empáticos, y pueden influir en nuestras emociones y relaciones interpersonales.

Pero, ¿Podríamos llegar a enamorarnos de una inteligencia artificial? 🙃 💘 🤖

La obsesión por engancharnos a la tecnología

El pasado septiembre, Sam Altman, jefe de OpenAI le hizo a la actriz Scarlett Johansson una propuesta intrigante: quería que ella fuera la voz de ChatGPT. Sin embargo, la actriz rechazó la oferta.

Este gesto tiene un alto valor simbólico para los que conocen la película "HER," donde un escritor solitario, interpretado por Joaquin Phoenix, forma una relación profunda con una inteligencia artificial que tiene la voz de Scarlett. La película explora las complejidades del amor y la conexión humana a través de la interacción con la tecnología.

El 13 de mayo, OpenAI lanzó GPT-4o, dotando a su ChatGPT de un innovador asistente de voz en tiempo real. Lo más sorprendente fue que la voz del asistente, llamada Sky, sonaba muy amigable, casi coqueta, y muy similar a la de Scarlett Johansson en "HER." En un gesto cargado de sutileza, Sam Altman tuiteó ese mismo día una sola palabra: "her". Otro investigador en OpenAI siguió el tono, tuiteando “todos van a enamorarse de esto”.

No pasó mucho tiempo antes de que Scarlett Johansson emitiera una declaración el 20 de mayo, expresando su conmoción y enfado por la nueva voz de ChatGPT. La polémica llevó a OpenAI a suspender el uso de la voz de Sky, aunque negaron que la similitud fuera intencional.

Así, en medio del debate sobre los límites de la tecnología y el respeto a la propiedad intelectual, OpenAI nos demuestra que están dispuestos a todo para que la historia contada en "HER" pueda hacerse realidad cuanto antes.

La idea de reinventar cómo interactuamos con las máquinas tiene mucho sentido. Desde la invención de las primeras computadoras, somo nosotros los que hemos tenido que aprender cómo comunicarnos con ellas y no al contrario. Pero ¿es necesario establecer conexiones emocionales con las máquinas? ¿No es suficiente con tener 180 millones de usuarios leales, que OpenAI parece decidido a convertirlos en usuarios obsesivos?

Conversando con las máquinas

El Procesamiento del Lenguaje Natural (NLP) es una rama de la inteligencia artificial que permite a las máquinas entender, interpretar y generar lenguaje humano. En los últimos años, esta tecnología ha dado un bursco salto gracias a avances en redes neuronales profundas (IAs que aprenden patrones complejos usando muchas capas de procesamiento) y la disponibilidad de grandes volúmenes de datos gracias a la Nube.

Tecnologías como los modelos de lenguaje GPT de OpenAI han revolucionado el campo, permitiendo aplicaciones avanzadas en traducción automática, chatbots (IAs que dan respuestas automáticas a las consultas de los usuarios) y asistentes virtuales. Las interacciones humano-máquina son ahora más naturales y efectivas que nunca. Podemos tener una conversación con nuestra computadora en lugar de teclear complicados comandos.

Aplicaciones NLP

¿Cuál es el impacto emocional de los asistentes digitales?

A medida que los asistentes digitales con IA avanzan y exploran nuevos territorios, es importante pensar en cómo nos pueden aislar. Aunque esta tecnología puede hacernos más productivos y hasta ofrecernos compañía, también puede alejarnos de las interacciones reales y aumentar la soledad. Por ejemplo, se ha visto que el 40% de los usuarios hablan con sus asistentes de voz todos los días, lo que muestra una creciente dependencia. La conexión emocional que algunas personas desarrollan con estos asistentes puede reflejar una necesidad humana no satisfecha en la vida real, pero, ¿a qué precio?

Usar estos asistentes de voz avanzados no es solo una herramienta; también empieza a tener un papel emocional importante en nuestras vidas. La IA está cruzando límites que antes eran solo de las relaciones humanas, y esto plantea preguntas sobre cómo deberíamos regular estas tecnologías. Un estudio de la Universidad de Stanford encontró que el 30% de los usuarios ven a sus asistentes digitales como "amigos", destacando el impacto emocional de estas tecnologías.

En resumen, debemos ser conscientes de mantener un equilibrio entre aprovechar las ventajas de la IA y proteger nuestra necesidad natural de conexiones humanas reales. Mientras OpenAI y otras empresas tecnológicas siguen avanzando en este campo, es crucial pensar en las implicaciones a largo plazo de nuestras relaciones cada vez más profundas con la tecnología. La clave será encontrar un balance que aproveche los beneficios tecnológicos sin sacrificar nuestras interacciones humanas.

Riesgos éticos y sociales de los asistentes virtuales

DeepMind, un laboratorio de investigación de la IA que depende de Google, publicó el estudio "The Ethics of Advanced AI Assistants", que analiza los riesgos éticos y sociales de los asistentes de inteligencia artificial avanzados.

Según el estudio, cuando los asistentes de voz digitales, como Alexa, Siri o Google Home usan una voz 'femenina', los usuarios a menudo les asignan estereotipos de género, aunque estos sistemas, por supuesto, no tienen ningún género real.

El uso constante de voces femeninas en estos asistentes, que están diseñados para ser siempre serviciales y obedientes, puede fortalecer la idea errónea de que las mujeres deben ser inherentemente sumisas y dispuestas a servir, contribuyendo a perpetuar y reforzar estereotipos de género tóxicos.

Además de los estereotipos de género, el estudio de DeepMind identifica otros riesgos éticos y sociales significativos. Uno de los principales es la influencia indebida que los asistentes de IA pueden ejercer sobre los usuarios, especialmente los vulnerables, mediante técnicas de persuasión y manipulación.

También se destaca el impacto en la privacidad, ya que estos asistentes recopilan y procesan grandes cantidades de datos personales, lo que plantea preocupaciones sobre la seguridad y confidencialidad de la información. Es crucial implementar estrategias de mitigación para asegurar que los usuarios mantengan el control sobre la tecnología y que la privacidad esté protegida mediante normas rigurosas.

Si toda esta información te ha resultado útil e interesante, no olvides suscribirte para recibir el próximo boletín y reenviarlo a tus amigos.

Y si no te ha resultado tan interesante, puedes proponer un tema que te llame más en nuestra página de Facebook. ¡Hasta la semana que viene!