Mira mamá, ¡sin manos al volante!

¿Estamos listos para la revolución de los vehículos autónomos?

Bienvenidos a nuestro boletín semanal para los que quieren estar al día con la tecnología y parecer modernos pero sin complicadas explicaciones.

Imagina que mañana las puertas de tu autobús urbano se abren y no hay conductor al volante. Los primeros autobuses autónomos han llegado a tu ciudad. ¿Te subirías?

¿Estamos listos para los vehículos autónomos?

La tecnología para construir ascensores automáticos existía ya desde 1900, pero la gente estaba demasiado asustada para subir a uno sin un ascensorista al mando. Fue necesaria la huelga de ascensoristas de 1945 en Nueva York, que impidió que 1,5 millones de trabajadores llegaran a sus oficinas durante días, para cambiar la mentalidad de la sociedad de la época.

Multitud en las calles de Nueva York durante la huelga de operadores de ascensor

Al igual que la gran mayoría de la población temía adentrarse a lo desconocido en un ascensor sin “conductor” a principios del siglo XX, ahora muchos son reacios a subirse a un taxi o autobús autónomo o a aceptar que muchas de sus tareas cotidianas van a ser realizadas por la inteligencia artificial.

Este ciclo inevitable de automatización, miedo y finalmente aceptación duró 50 años en el caso de los ascensores del siglo pasado. Pero en pleno siglo XXI, el desarrollo exponencial tecnológico y el acceso globalizado a la información han acelerado estos ciclos de innovación de forma dramática. La capacidad de adaptarse al cambio cuanto antes es más importante que nunca.

Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer o escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y volver a aprender.

Alvin Toffler

¿Hay ya vehículos autónomos en nuestras calles?

Cada país tiene actualmente diferentes reglas en torno a estos vehículos. En China o ciertas partes de Estados Unidos los vehículos totalmente autónomos llevan ya un tiempo circulando.

Pero para entender los cambios regulatorios que se van a introducir, hay que entender primero los diferentes niveles de autonomía de los vehículos.

Niveles de autonomía coches

Niveles de autonomía

  • Nivel 1 - Asistencia al conductor: El vehículo tiene sistemas de asistencia, como velocidad de crucero o mantenimiento de carril, pero el conductor sigue siendo responsable de la mayoría de las funciones.

  • Nivel 2 - Automatización parcial: El vehículo puede realizar algunas tareas de conducción de forma autónoma, como acelerar, frenar y mantenerse en el carril, pero el conductor debe estar listo para intervenir en cualquier momento.

  • Nivel 3: Automatización condicional: El vehículo puede conducir de forma autónoma en algunas condiciones y entornos específicos, aquí ya sin manos al volante. Pero puede requerir la intervención del conductor en momentos críticos.

  • Nivel 4: Automatización alta: El vehículo es capaz de conducir de manera 100% autónoma en la mayoría de las condiciones y entornos, aunque el conductor puede tener que intervenir en situaciones inusuales.

  • Nivel 5: Automatización completa: El vehículo lo hace todo solo, no necesita volante ni pedales ni intervención humana, eliminando la necesidad de volante, pedales u otros controles tradicionales.

Actualmente en España, ya se ven coches de nivel 3. Y aunque ahora legalmente no se permite levantar las manos del volante, la DGT ultima la regulación que abrirá las puertas a la conducción autónoma en 2024.

¿Cómo conducen solos?

Un vehículo autónomo funciona mediante el uso de una combinación de sensores, cámaras, radar y tecnología láser (LIDAR), que le permite "ver" su entorno. Estos dispositivos son sus “ojos” y recogen información sobre el tráfico, los obstáculos, las señales de tráfico y la posición del vehículo.

Esta información es procesada por los sistemas a bordo que utilizan inteligencia artificial para predecir el comportamiento de otros conductores y peatones, y tomar decisiones de conducción en tiempo real, como acelerar, frenar o girar.

Si se llegan a implantar los vehículos autónomos de forma exitosa, los beneficios podrían ser muy importantes:

🛟 Reducción de la siniestralidad.

⚡️ Ahorro de energía y bajada en las emisiones contaminantes debido a una conducción mas eficiente.

🚦 Reducción de atascos, ya los coches autónomos pueden comunicarse entre sí, optimizar el tráfico y aumentar la velocidad del tránsito.

♿️ Mejora de la accesibilidad para personas que actualmente no pueden conducir, como ancianos, discapacitados, etc.

¿Son seguros?

Esta tecnología tiene varios problemas. El principal es el ser humano, que es impredecible, por lo que la cantidad de variables que un vehículo tiene que gestionar es enorme.

Para que los coches autónomos sean capaces de afrontar las situaciones inusuales y perfeccionar su rendimiento, tienen que salir a la calle, con los problemas y accidentes que pueda provocar. Como el caso reciente donde uno de estos vehículos se puso a aparcar sin detectar que tenía una persona atropellada bajo él.

De momento, los bomberos de las ciudades donde ya circulan los odian a muerte. En cuanto oyen sirenas, estos vehículos se paralizan como un conejo al que le dan las largas, ocasionando todo tipo de problemas. De hecho, las dos empresas de robotaxis que operan desde hace tiempo en la ciudad de San Francisco acumulan hasta 74 incidentes con los servicios de emergencia.

Pero también hay otros problemas relevantes:

Cuestiones legales: Hay mucho trabajo por hacer a la hora de regular estos vehículos, incluyendo quién es responsable en caso de accidentes o quién paga en caso de cometer una infracción de tráfico.

Dilemas éticos: En una situación en la que el coche tiene que elegir entre diferentes males, como decidir si atropella a un peatón (porque no puede frenar a tiempo) o salirse de la carretera para evitarlo, ¿qué decisión debería tomar el vehículo?

Problemas de conectividad: Generalmente necesitan estar conectados a Internet u otras redes para funcionar de manera óptima y responder a las condiciones cambiantes del tráfico. Por lo que un fallo de conexión puede ser muy perjudicial. Además, son susceptibles a ciberataques que podrían comprometer la seguridad del vehículo y de sus pasajeros.

Bueno y ahora, ¿te subirías a ese autobús o no? ¿Has cambiado de opinión?

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